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Las trufas frescas son un ingrediente gourmet que merece un cuidado especial para preservar su aroma y sabor únicos. En este artículo, descubrirás las mejores formas de conservarlas, ya sea en la nevera o el congelador, para disfrutar de su magia durante más tiempo.
Conservar trufas en la nevera:
- Envuelve la trufa fresca en papel absorbente para controlar la humedad.
- Guarda la trufa envuelta en un recipiente hermético en la zona más fría del refrigerador.
- Cambia el papel a diario para evitar que se acumule humedad.
Congelar trufas correctamente:
- Lava y seca cuidadosamente la trufa antes de congelarla.
- Coloca la trufa entera o rallada en una bolsa o recipiente apto para congelador.
- Disfrútala en tus recetas hasta 6 meses después, manteniendo gran parte de su aroma.
Con estos métodos, prolongarás la vida útil de tus trufas y garantizarás que conserven su exquisitez. ¡Sigue estos consejos y convierte cada plato en una experiencia inolvidable!